WOLFMOTHER: VICTORIOUS 2016

Nuevo y cuarto álbum del "monstruito" de Andrew Stockdale, que intenta con "Victorious" redimirse de sus anteriores pecados discográficos. No nos olvidemos, que Wolfmother es en realidad Andrew Stockdale, que cuando quiso más, mudó el nombre de su banda por el suyo propio, sacando menos.

portadawolfmothervic.hardrockmonstersd

Tampoco le fue muy bien al retomar el nombre de su conociodo retoño, ya que "New Crown" es un disco vulgar con una producción que chirría por todos los surcos del vinilo.

Ahora, cuando ya han pasado más diez años desde la publicación del portentoso debut de Wolfmother y más de la mitad desde el no sufientemente ponderado "Cosmic Egg", el chico de Brisbane regresa a la continuación lógica de aquellos seres repletos de Rock mitológico y arqueológico, realizando un ejercicio de funambulismo a ras de suelo vistoso a primera escucha, pero que no lo es tanto, y que no arriesga absolutamente nada, ya que lo que puede parecer una temeridad (la sugerente balada de aíres Folk "Sweet Peggy") busca el aplauso fácil, terminandose cualquier atisbo de riesgo.

Si el riesgo se ha quedado en "Stand By", el factor sorpresa aniquilado en el debut, y las musas se largaron trás "Cosmic Egg", al menos que haya algo de frescura, aunque sea muy deliverada y planeada al milímetro. Y bueno, de eso si que hay en "Victorious"; hasta buenos temas con los aíres primordiales del debut en la inicial "The Love That You Give", en la portentosa "Victorious" o en la muy seminal "Eye of The Beholder".

En este nuevo álbum la producción de Brendan O´Brien es luminosa sobre todo cuando Stockdale apuesta por un sonido Pop dentro del "Retro-Rock" que practica Wolfmother: La vistosas "Baroness" y  "City Lights" con sus aíres T-Rex vs Cheap Trick, "Best of a Bad Situation" con sus ademanes de garaje Rock y de un Darkness que Stockdale parece Justin Hawkins, o "The Simple Life", donde Jack White y White Stripes entran en la tercera fase con el australiano de la mano. 

La duración del disco también ayuda lo suyo, treinta y cinco minutos a la vieja usanza, como en aquellos "Oldies" de Black Sabbath o Grand Funk, bandas a las que Stockdale ha saqueado con total impunidad y alevosía; con maestría en los primeros tiempos, y a base de resultones clichés en los últimos. 6/10

GENERAL CUSTER Rides Again




Comentarios