THIN LIZZY: "JOHNNY THE FOX"

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…Y después de parir una obra maestra llega ese momento “cabrón” para cualquier banda que lo haya logrado, el de satisfacer a las tres partes más implicadas con la misma (discográfica, crítica y público) obsequiándoles con un nuevo disco que esté a la altura.

“Jailbreak” fue ese momento mágico que logró ese triple objetivo. Un disco al que no le sobraba ni una coma y que encima había dejado al menos tres clásicos para la posteridad.

El clásico pandillero por decreto con carta blanca para el éxito comercial en “The Boys are Back in Town”, el clásico macarra Heavy Rockero de “Jailbreak”, y el clásico para forajidos solitarios con aroma sureño al que apestaba “Cowboy Song”.

Así que tan solo un año más tarde las guitarras gemelas debían de estar perfectamente afinadas y en sintonía para un nuevo disco. Pero antes de que “Johny the Fox” saliese a patear culos rockeros, el lider de la banda pasaría por un mal momento en lo personal.

Una hepatitis dejará a la banda en el dique seco, algo que aprovechará el enfermo, que no era otro que Phil Lynott, para componer el material que debía dar réplica al tremendo “Jailbreak”; y hay que señalar que la banda lo lograría al menos en un 75 % del material, pariendo un trabajo inferior a su formidable antecesor, pero con una calidad fuera de toda duda, aunque luego quedaría un tanto eclipsado por el siguiente álbum de la banda, el ya publicado como trío “Bad Reputation”.

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“Johnny The Fox” no puede empezar de mejor manera, aunque comparándolo con el arranque de “Jailbreak” los nuevos temas resultan menos convincentes en una primera toma de contacto.

Aún así, no se le pueden poner demasiados peros a un temazo del calibre de “Johnny”, o a otro como “Borderline”, donde las guitarras gemelas vuelven a hacer de las suyas y en el que Lynott acierta de pleno nuevamente con sus brillantes téxtos.

Además, Thin Lizzy en este nuevo disco, saben como conducir al oyente hacía nuevos terrenos en los que explota el filón Pop dentro del Rock Duro ( en la esencial “Don't Believe in a World”) o el de la música Funky tan de moda en aquella época dentro de la chuleta “Johnny the Fox Meets Jimmy the Weed”.

Que caigan en el autoplagio en “Boogie Woogie Dance” es “Peccata minuta” cuando luego firman dos burradas del tamaño de “Rocky” o “Massacre”. La primera es otro himno “Kinki” callejero de esos a los que Lynott saca siempre lo mejor de sí, y la segunda es un cañero Proto-Heavy-Rock volcado en aspectos puramente irlandeses, en los que la religión es la que manda.

Ambos temas, son dos clásicos del repertorio de la banda desde el día en que “Johnny the Fox” salió al mercado (16 de Octubre de 1976).

Como suele ser habitual en él, Lynott nos regala uno de esos momentos romanticos que suele plasmar a la perfección sin caer en lo cursi o lo pedante, “Sweet Marie” es una maravilla en toda regla, otro temazo en el que abusa como cantante, músico y compositor; algo que volverá a lograr en menor medida en el siguiente “Bad Reputation” o más adelante con el sobresaliente “Black Rose”.

Pero “Johnny the Fox” es un álbum que no decae nunca, con excelente Rock como el de “Fools Gold” o “Old Firm”, canciones que no son tan famosas dentro del repertorio de la banda, pero que tienen un sonido único y característico dentro del Rock Duro que se publicaba a mediados de los 70 y que ayudaron a cimentar la leyenda de este gigante irlandés.


Caído en Little Big Horn




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