SAXON 80-90 "DIEZ AÑOS EN LA CRUZADA DEL METAL"

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Una de las más legendarias bandas del Heavy Metal mundial nos dejaron en los ochenta parte del mejor sonido dentro del estilo más duro del Rock. Empezaron dentro de la "NWOBHM" y después de idas y venidas siguen en pleno siglo XXI al píe del cañón. Esta vez repasamos su época dorada de los primeros ochenta y su polémico acercamiento a sonidos más accesibles. Espero que disfruteis con la lectura tanto como nosotros a la hora de escribir sobre Saxon, definitivamente una de las bandas favoritas de todos los que hemos colaborado en este trabajo.
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1980
 
Un imprescindible del heavy metal, no solo europeo, sino mundial. Uno de esos álbumes que hacen que esa palabra, “heavy metal”, cobre su auténtico y genuino significado.
No es rock, no es pop… es heavy metal, señores. Así de claro.
Nadie esperaba un trallazo de estas dimensiones después de escuchar el decepcionante álbum de debut de Byford y Cía. Recuerdo haber comprado ese primer trabajo, tiempo después de hacerme con “Wheels..”, y no dar crédito.
Malo, pero malo de solemnidad. Tan solo un tema en ese disco, “Stallions Of The Highway”, se podría aproximar a lo que Saxon desarrollaron tiempo después.


“Motorcycle Man”. No se puede empezar mejor un disco. Es como esos equipos de fútbol que salen en tromba, a aplastar al rival y dejar sentenciado el partido en cinco minutos. Arrollador. Ese inicio con la motocicleta yendo de un lado al otro de los altavoces da paso a un tema aplastante, rápido, afilado, sin concesiones. Vuelvo a insistir: heavy metal. Y hablando de cosas afiladas, la voz de Biff Byford corta, y mucho. Velocidad supersónica para saber con quien te juegas las habichuelas esta vez.

Las guitarras de Oliver y Quinn parecen siamesas. Veloces rítmicas por aquí, solos trepidantes por allá. Ambos se intercambian el papel protagonista como si llevaran tocando juntos desde los tres años. Una pena que el tiempo nos haya privado de uno de los mejores duetos guitarreros de la historia del metal.

El álbum que contiene… canciones ??? No, himnos ya, de toda una generación de rockeros. A saber… “747 (Strangers In The Night)”, “Wheels Of Steel”, “Machine Gun”. La Primera División de la NWOBHM ya contaba con un nuevo líder, seguido muy de cerca por equipos tan competentes como Iron Maiden o Def Leppard. Incomprensiblemente, y con los años, Saxon quedaron rezagados de ese pelotón de privilegiados, seguramente por bajar el octanaje de sus trabajos más de la cuenta, y caer en el engaño de que lo suyo podía ser más comercial y accesible.




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Hemos hablado de himnos, de canciones de este disco que todo el mundo conoce, pero hay más joyas escondidas en este trabajo: pepinazos como “See The Light Shining” o “Street Fighting Gang”, que sin ser tan conocidas, rebosan igualmente rapidez y contundencia.

También hemos hablado de sus dos prodigiosos guitarristas pero… ¿y esa base rítmica? El bizarro Steve Dawson, el único hombre capaz de tocar el bajo con una sola mano (yo le ví hacerlo, lo juro). Y el no menos sorprendente Pete Gill, un tipo que acabó tocando un tiempo en unos tales Motörhead. Formaban el complemento y la cobertura perfectos para las virguerías guitarreras de sus compinches.

Hablando de Motörhead, por aquellos tiempos Saxon eran los habituales abriendo para las huestes de Lemmy, y su sonido impregna en este disco en alguno de los temas. Vuelvo a repetir, una pena que perdieran con el tiempo esa agresividad y fiereza primigenias.

Un álbum que, como ya he dicho, colocó a Saxon como una de las cabezas visibles del movimiento metálico de principios de los ochenta, y que sería el comienzo de una serie de trabajos espectaculares, que han influenciado a bandas posteriores, de muchísimo más éxito, hasta el punto de nombrarles como uno de sus principales maestros en este negocio. El que tenga alguna duda, que eche un vistazo a un video que circula por ahí de Metallica, tocando el “Motorcycle Man” con Biff Byford a las voces. El afilado hacha sajón aún sigue haciendo estragos.

Ritchie Moreno


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1980
 Corría el año 1980, Iron Maiden habían lanzado su debut, un rabioso disco de incipiente heavy metal en el que la crudeza y rabia del punk todavía tenían su influencia, y Saxon, tras no haber dejado transcurrir ni medio año de la publicación de su seminal “Wheels of Steel”, se sacaron de la manga una piedra fundamental para cimentar las bases de la New Wave of British Heavy Metal, “Strong arm of the law”

 Un disco de auténtico heavy metal sin adulterar, sin esas influencias punk, ni tampoco de los grandes dinosaurios del hard rock de los setenta cuyo reinado llegaba a su fin por esta avasalladora nueva corriente que llevaba el rock duro un peldaño más allá en términos de dureza y contundencia, pero, especialmente en el caso que tratamos, sin dejar de lado la melodía como iría ocurriendo conforme el metal evolucionaba a terrenos más agresivos.

Puede que Saxon no fueran unos grande virtuosos, pero la dupla que formaban Graham Oliver y Paul Quinn a las guitarras intercambiando riffs, solos y armonías dobles, más la perfecta sincronía en la base rítmica de Steve Dawson y Pete Gill y la labor vocal de la personalísima voz de Biff Byfford, cumplían más allá de la llamada del deber metálico en las ocho canciones que dan forma a “Strong arm of the law”.

El disco es un compendio de las características del género: “Heavy metal thunder” y “To hell and back again” no son simples canciones, el caso de la primera es, jugando con su título, el de un atronador himno de auténtico heavy metal, un riff duro y machacón, con bajo y batería galopando desbocadamente, unos solos rápidos y punzantes y un vocalista desatado.



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Aparte de los temas que con el tiempo se convirtieron en fijos en los conciertos de la banda, también hay otros menos populares pero igualmente disfrutables, como “Taking your chances” que no desentonaría entre los clásicos imprescindibles y cuyo intercambio de solos final daría mucho juego en directo. Incluso alguno más accesible y comercial como “Sixth from girls” da gusto escucharlos, gracias en parte a que en aquellos tiempos las producciones de los discos de heavy metal dejaban respirar a cada uno de los instrumentos para disfrute del oyente.

Sobre el tema título no vamos a decir nada que no se sepa ya. Creo que encontrarse con un metalero de pro que no se haya desgañitado alguna vez cantando en los conciertos aquello de “Stop!, get out!” es más difícil que encontrar una aguja en un pajar. Saxon tienen más de uno y dos himnos para escoger, pero desde luego “Strong arm of the law” es uno de los Elegidos.

Y sobre el cierre de “Dallas 1 P.M” y su narración del asesinato de Kennedy…es mágico ese ritmo de bajo al que empiezan a acompañar las guitarras tocando cada una parte distinta, pasando poco después a hacer el mismo riff al unísono para seguir jugando con ambos esquemas de manera hipnótica, incluyendo ese dramático tramo central en el que escuchamos el sonido de los disparos que acabaron con la vida del más popular presidente americano.

Una joya de la N.W.O.B.H.M que no puede faltar en ninguna estantería de cualquier amante del rock duro.

Albytor


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1981


"Denim and Leather", vaqueros y piel, o la combinación estilística irreemplazable que caracterizaría el estilo inmortal de Saxon y el resto de bandas de la NWOBHM. Aunque el águila ya había tomado tierra un par de años antes, su cuarto disco les abrió puertas que hasta entonces habían permanecido herméticas.

 Si los discos que lo precedieron contenían algunos temas imprescindibles del género, como Dallas 1PM o 747, "Denim and Leather" es probablemente el disco más redondo que hayan conseguido los británicos: un equilibrio perfecto entre melodías y fuerza, entre himnos y temas menores (pero no por ello peores). Todavía en la flor de su creatividad, este cuarto disco combina la frescura de las bandas jóvenes, que tienen ideas de sobra, con una calidad trabajada a base de sangre, sudor y lágrimas.

 Valdría poco la pena resaltar cada una de las virtudes que los Saxon supieron plasmar en menos de cuarenta minutos de vértigo, pero no podríamos dejar de mencionar algunas de las excelencias que nos han legado. "Princess of the Night" nos regaló el riff entre riffs de mano de Paul Quinn; un arranque inmejorable y dos solos (uno de rock and roll y otro de puro metal) insertos en una composición tan rápida como impecable.



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 "Denim and Leather" puso verbo a ese movimiento británico que aún hoy nos tiene a todos enganchados: un himno intergeneracional que seguirá cantándose cuando Biff y los suyos ya no estén con nosotros. Y, cómo no, "And the Bands Played On", captó como nadie esas sensaciones indescriptibles al tocar en el Monsters of Rock de 1981. En lugar de recurrir a los temas épicos de historias pasadas, tan características en las letras del quinteto, este tema escribe historia reciente y pone los cimientos de la futura leyenda: el mundo seguirá hablando de cruzadas o de JFK, pero tampoco podrá ignorar la huella de Saxon.

 "Denim and Leather" es, en definitiva, un homenaje a la música, al género, a los chicos malos, a los que aguantaban a los vecinos que se quejaban por el ruido de la música, a los fans, y a una banda que estaba ya metiendo su pie en el firmamento de los grandes del Rock.

 Lamotta
 
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1983

 El disco de la transición. La transición desde el sonido clásico de Saxon a territorios más comerciales, a la experimentación con otros sonidos. Las composiciones siguen siendo más o menos parecidas, suenan a Saxon, pero el tamiz por el que se pasaron no fue el mismo.

    Para empezar, un productor como Jeff Glixman, maravilloso con otras bandas (léase Kansas, principalmente), pero que con este disco no estaba en su mejor momento. El sonido no es horroroso, es lo siguiente. Como he oído en algún sitio, parece que si hubieran metido al grupo en una lata gigante, y hubieran grabado el disco dentro. Se incorporaba además un nuevo batería, Nigel Glockler, que tuvo la desgracia de estrenarse con este trabajo. Su batería suena a hueco, vacía por completo.


    Así y todo, el comienzo con el tema que da título al disco es espectacular. Seguimos notando las afiladas guitarras de Oliver y Quinn, y la velocidad sigue ahí. Con “Redline” seguimos estando tranquilos, es una especie de “747…”. “Warrior” es uno de los mejores temas que nunca han grabado los sajones, pero ese sonido… no quiero ni pensar si este tema lo hubieran incluído en alguno de los discos anteriores.

    Con “Nightmare” ya nos van anticipando un poco por donde van a ir los tiros a partir de ahora. Se baja la potencia y la rapidez en aras de una mayor comercialidad, y el tema nos deja un poco confusos. Esto ya no son los Saxon a los que estábamos acostumbrados. Biff abandona también esa fiereza suya característica al entonar. Mal presagio.

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    Los tonos ligeramente bluesy de “This Town Rocks” nos llevan a un tema pensado para disfrutarlo en directo, de ésos en los que la hinchada levanta el puño con entusiasmo y corea el estribillo. De nuevo, el plumero comercial con “Watching The Sky”, y terminamos con “Midas Touch”, donde vuelven al redil del genuino sonido Saxon, y “The Eagle Has Landed”, un potente y largo medio tiempo que sirve para levantar la media de un disco que, en otras circunstancias, hubiera seguido la estela gloriosa de la trilogía Wheels-Strong Arm-Denim.

Ritchie Moreno




Recientemente se ha cumplido el trigésimo aniversario del "Crusader", sexto trabajo en estudio y primero de una época llena de cambios estilísticos y personales en el seno de la banda.

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1984
Si "Power & The Glory" supuso un nuevo acercamiento a sonidos más accesibles, con "Crusader" abandonaban su militancia inquebrantable hasta ese momento dentro de la "NWOBHM".


En algunos de sus trabajos más gloriosos ya comentados en este "Rockportaje" por mis compañeros la banda había realizado guiños a sonidos comerciales dentro del "Heavy Rock" marchoso que las huestes de Bif Byford destilaban en su Barnsley natal.
Con este trabajo todo eso se da por finiquitado. Keavin Beamish productor entre otros de los Norte Americanos Reo Speedwagon es el elegido para introducir a Saxon en las FM americanas.


Aunque de entrada y después de la "Arturiana" introducción el tema que titula el álbum nos da otra impresión. "Crusader", tema épico por antonomasia de la banda, es el único clásico del disco que verdaderamente perdurará en el tiempo siguiendo vigente a día de hoy en el repertorio en sus conciertos encandilando a toda clase de fans, noveles o con "Pedigree".

Y desde luego que la canción "Crusader" posee todas las cualidades para ser una de las mejores canciones de Saxon y de la historia del "Heavy Metal" universal.

Una introducción bestial, unas guitarras perfectas y un estribillo irrepetible...me estoy imaginando que hubiese pasado si este disco estuviese producido por un tal Martin Birch o un cual Dieter Dierks...Pese a que "Crusader" tiene una producción quizás demasiado "Light" para una banda como Saxon el resto de temas del álbum son estupendos.

Tenemos raciones de "Heavy Rock" tozudo y cabezón en las fenomenales "A Little Bit Of What You Fancy" y "Set Me Free" (Versión de los Sweet). Vistosos himnos de estadio la mar de resultones en "Just Let Me Rock" o "Rock City"; "Rock FM" en "Sailing To America" y una bonita "Power Ballad" titulada "Do It For You".
Ha! Y que no se me olvide! Una de las portadas más irresistibles del "Heavy Metal" de aquella época.

El Hijo de Ron Keel





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1985

Si con el anterior disco "Crusader" Saxon dividieron a parte de sus antiguos parroquianos, con el lanzamiento de "Innocence Is No Excuse" un 2 de Septiembre de 1985 muchos de aquellos "Heavies" que les siguieron desde "Wheels Of Steel" llegaron a la conclusión de que su idilio con Saxon había concluido.

"Crusader" fue un buen disco capitaneado por la épica pieza que lo titulaba, pero su acercamiento al sonido americano que liberaba de tensión aquél "Heavy Rock" vacilón de sus primeros trabajos merced a la producción del ingeniero y productor de los Reo Speedwagon Keavin Beamish, dejaba dudas entre algunos fieles pero despejaba el camino con el rumbo a seguir con el siguiente trabajo.

Así que libres de ataduras y con un nuevo contrato con "EMI", Saxon suspiran por conquistar USA y para ello piensan en el productor John "Mutt" Lange, el cual había hecho un trabajo espectacular con ACDC y Def Leppard.

Pero los compromisos de Lange con los de Sheffield hace que los de Barnsley apuesten por el británico Simon Hanhart, un tipo que salía de producir a los Marillion el clásico "Misplaced Childhood".

"Innocence Is No Excuse" que es el último trabajo de Steve Dawson como bajista comprende de cuarenta y dos minutos de "Hard Rock" accesible que en algunos de sus arreglos se acerca demasiado al AOR. Aunque un crítico de la época llegó a decir que con este álbum Saxon se redimían de los pecados comerciales del "Crusader" para volver a la senda del "Dennim & Leather", la realidad es totalmente otra.

Es cierto que hay temas que intentan sonar a los Saxon más correosos: "Gonna Shouth", "Give It Everithing You´ve Got" o "Everybody Up" recurren al potente timbre de Biff Byford, pero los arreglos de varias de esas canciones echan por tierra cualquier acercamiento a los "Never Surrender" o "Play It Loud". Aún así son canciones decentes, incluso alguna es hasta buena.

Desde el comienzo del disco con "Rockin´Again" y especialmente en "Call Of The Wild", "Back On The Streets" o el medio tiempo "Broken Heroes", Saxon van a la caza del "Hit" radiofónico para triunfar en USA, pero les falta la intensidad que fueron dejándose paulatinamente en "Power & The Glory" o en el anterior "Crusader", dos trabajos potencialmente superiores a este "Innocence Is No Excuse".

Pero curiosamente la mejor canción del álbum sería una de las más accesibles. "Rock & Roll Gypsy" compuesta por Byford y Steve Dawson, se convirtió en el tema más recordado de este discutido trabajo.

General Custer "Rides Again"!!!!
 


¿Portadón? Seguro que si! ¿Contenido? "Hard & Heavy" del que estaba de moda en el año 86, ni más ni menos ¿Recordais a los Judas y a los Maiden metiendo teclas en "Turbo" y en "Somewhere In Time"?? Pues los de Yorkshire venían de vuelta. Con un año de adelanto en el estupendo "Innocence Is No Excuse" tiraron de teclas cosa mala...¿Era el momento de redención con "Rock The Nations"??? Quizás...

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1988

Volviendo a la portada ¿Donde coño está la bandera de la piel de toro?? En fin, dejemos las pequeñeces a un lado y centremonos en este disco. De entrada Saxon buscan sonido directo, algo más parecido a "Dennim & Leather", pero ya no estamos en el 81, en el 86 las cosas se llevaban de otra manera y los sonidos ya no eran los mismos.

Después de un par de trabajos comerciales como "Crusader" y "Innocence" el comienzo del álbum no puede ser más prometedor para los que ansiaban testosterona metálica. "Rock The Nations" es un himno "Saxoniano" a la antigua usanza, poderoso "Chorus" y una base rítmica "Heavy" de cojones, pero bueno, lo mejor está por venir...


La segunda canción "Battle Cry" si que da cera de la buena. Aquí el "Heavy Rock" se acelera y se deja gustar. Mr. Byford canta de puta madre, el estribillo no veas como mola y las guitarras y la batería suenan jodidamente bien ¡Estos son los Saxon que a mi me ponen palote!

Pero no nos enchotemos demasiado He! "Rock The Nations" pudo ser un discazo de narices pero le faltaron más temas como los iniciales y le sobraron un par de los finales (si nos olvidamos del baladón "Northern Lady").

Dentro de lo notable de este trabajo apuntad estas dos canciones: "Running Hot" (peleona canción para corear puño en alto en directo) y "You Ain´t No Angel" (un tema menor, que ni Dios recuerda pero que merece la pena su escucha).

Si "Innocence Is No Excuse" te parece tan cojonudo como a mi, seguro que "Waiting For The Night" es una canción a tú medida, es más, parece un sobrante de aquél álbum metido con calzador entre las dos primeras bestialidades del disco y la cuarta canción, la correcta "We Came Here To Rock" o como Saxon quieren volver a sonar con la frescura de su segundo o tercer disco sin lograrlo.

En fin amigos, que este "Rock The Nations" no es el "No va más" de la discografía de Saxon. Es un trabajo de aquellos de grabo disco/salgo de gira, que ni es muy bueno, ni muy malo y que no nos ponía en sobreaviso (¿O si lo hacía?) de lo que se nos venía encima con el puto "Destiny" un par de años después.

El Hijo de Ron Keel









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1988
1989...¿Cual era exactamente el destino que esperaba a la banda después de este disco? Hagamos memoria..."Crusader" era comercial pero un estupendo disco, "Innocence Is No Excuse" aún más comercial, irregular pero a mi gusto era tremendo, "Rock The Nations" quería ser retro y comercial al mismo tiempo, un disco potable...

¿Destiny? ¿En que coño estaban pensando Saxon cuando decidieron grabar este disco o el jodido "Ride Like The Wind" de Cristopher Cross??????? ¿Que coño les hicimos los fans a Saxon para que nos hiciesen pagar este puñetero peaje???

Bien, empezemos...la inclusión de teclados a tutiplén en las bandas duras de "Hard & Heavy" empezaron con "1984" de Van Halen. Maiden y Judas abusaron de ellas en los innovadores "Somewhere" y "Turbo", pero "Destiny"...

Los chicos buscaron seguramente su "1987", ya sabeís, el disco "americano" de los Whitesnake, pero les salió un churro de mucho cuidado. Primero está la producción de Stephen Galphas, el tío este había trabajado entre otros en el segundo disco de la ELO. En "Destiny" no se lo curra muy bien.
El álbum en su totalidad suena hueco, sin alma, sin huevos. Las guitarras están casi "missing", aunque también es verdad que era dificil levantar temas tan malos como "S.O.S." o "Red Alert". Imagino que las cabezas de Biff, Quinn y Olivier estarían en Babia cuando compusieron este par de truños.

Hay muy poco que salvar en "Destiny", la balada "Song For Enma" y la potable "Jericho Siren" destacan dentro de un disco desanjelado; una despedida de década fatal para una banda que comenzó la misma hinchada de poder y terminaba exhasusta, a la deriva, sin destino.



El Hijo de Ron Keel


No podíamos despedirnos de Saxon con el flojo "Destiny" así que lo mejor es hacerlo con "Solid Ball Of Rock", un título que ya era una sólida declaración de principios y un nuevo amanecer para los de Yorkshire después de años de sinsabores y de extrañas decisiones que habían alejado a la banda de su sonido más contundente.

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1991
Los años 90 serán duros para bandas como Saxon pero lograrían grabar discos muy dignos siendo éste el primero en ver la luz. El disco se grabó en el año 90 y se publicaría un año después. Nibbs Carter (el bajista descalzo) será una nueva pieza y además será de vital importancia en el devenir de la banda, sin olvidarnos de que el músico inglés compondrá seis de las nuevas canciones del disco el solito y colaborará en otras dos más.

Dentro de los temas del disco destacan especialmente " I Just Can´t Get Enough", la inicial "Solid Ball Of Rock" y "Altar Of The Gods", tres canciones de potente factura que nos llevan a los años en los que Saxon eran una fábrica de himnos de Metal y Rock Duro, los días de "Dennim & Leather" y "Strong Arm Of The Law".

Pero curiosamente el único single publicado del disco tiene ese sabor a pastel del que hicieron gala desde mediados de los ochenta, "Requiem (We Will Remenber)" bien podría haber formado parte del "Innocence Is No Excuse. Una canción que basa su poder de convocatoria en un estribillo repetitivo hasta la saciedad y en una típica letra de "Heavy Rockero" evocador de tiempos pasados de gloria y triunfos en los grandes arenas del mundo.

El disco tiende a ir declinando paulatinamente, pero casi todos los fans de Saxon que les quedaban en el 91 lo recibieron con elogios y a día de hoy es un disco bastante respetable y respetado dentro de la longeva trayectoria discográfica de estos viejos monstruos metálicos.

General Custer "Rides Again"!!!


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SAXON a mediados de los 80

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