El de Spock’s Beard es otro de esos
casos que dan una idea clara del estado en el que se encuentra la
música actualmente: Nick D’Virgilio, que en su día saliera del
puesto de batería para suplir a Neal Morse como frontman, decide
dejar el grupo para, simple y llanamente, asegurar a su familia un
sustento más estable trabajando para el Cirque Du Soleil, ya que
como el mismo explicaba, ninguno de los miembros de la banda puede
vivir únicamente de la actividad con la misma.
Vamos, que a día
de hoy o estás en un grupo grande, o intentas compaginarlo con un
trabajo estable, cosa bastante complicada sobre todo a la hora de
girar.
Lejos de arrojar la toalla, Alan Morse,
Ryo Okumoto y Dave Meros deciden tirar del carro una vez más, fichar
a Ted Leonard (Enchant) como nuevo vocalista y hacer fijo en
plantilla a su habitual batería en directo, Jimmy Keegan. Y desde
luego no podrían haberlo hecho mejor.
Leonard ha entrado en el grupo no sólo
para ser su cantante, sino que le han concedido galones a la hora de
componer y el disco se abre con un corte firmado por él, “Hiding
out”, en el que tras una dulce introducción de piano el resto del
grupo hace acto de presencia dándole Leonard con su voz un gusto
melódico diferente pero encajando a la perfección en el sonido de
la banda.
Merece la pena destacar la parte del solo, donde Alan Morse
juega a intercambiar su guitarra en ambos canales, dando paso a
Okumoto y mientras tanto Meros y Keegan despliegan una impecable base
rítmica. Curiosa la inclusión del otro tema firmado por Leonard en
solitario, “Submerged”, ya que aparecía en su disco en
solitario, “Way home”, y aquí sale ganando con unos
pequeños nuevos arreglos que le hacen encajar a la perfección en el
conjunto de la obra.
Respecto a Jimmy Keegan, su primera
presencia en estudio no podría haber salido mejor, demuestra ser un
batería con una gran técnica que no va reñida con buen gusto,
creativo, inquieto y que también ha dado nuevas energías a la base
rítmica que conforma con Dave Meros.
Es un disco muy homogéneo y se puede
destacar algo de cada tema, como en “Something very strange”, con
su profusión de teclados, arreglos de mellotron, estribillo pegadizo
e intercambios entre Morse, Okumoto y alguna incursión de Meros
deleitando a los paladares más exigentes.
Pero volviendo al tema de las
novedades, no podemos dejar de mencionar la reaparición del hijo
pródigo, el que fuera líder del grupo: Neal Morse, quien deja su
firma junto a su hermano y Ted Leonard en “Afterthoughts”,
seguramente el tema con sonido más Spock’s Beard clásico con las
influencias presentes de Yes y Genesis y en el que no faltan los
juegos vocales a capella que tan bien dominan y dan personalidad al
sonido del combo.
Morse (Neal) también deja su impronta en “Waiting
for me”, compuesto a medias con su hermano y que es una de las dos
piezas más imprescindibles del disco, doce minutos de puro goce que
se abren con una épica parte inicial (que también cerrará el tema)
antes de que Dave Meros marque un ritmo al que sigue una melódica,
vitalista y brillante parte en la que la acústica, el piano y la voz
de Leonard son los triunfadores durante la misma y el estribillo.
Alan Morse deja un emotivo solo, de esos que se nota que salen de
dentro, lleno de inspiración y posiblemente el mejor del disco.
Un tema que es el cruce perfecto entre el pasado y el presente del
grupo, en los que se puede prestar atención a cada uno de sus
arreglos de manera individual en cada escucha y paladearlo de
diferentes maneras.
Y cuando hablaba de dos piezas imprescindibles,
la otra es “A treasure abandoned”, otro corte largo, de ocho
minutos, cuyo majestuoso inicio nos trae de nuevo aromas de los
grandes clásicos del prog de los setenta desarrollándose con un
delicioso gusto melódico en el que vuelve a influir de manera total
el Sr.Leonard y su interpretación durante el estribillo.
Creo que este disco supone un nuevo e
importante capítulo en la historia de Spock’s Beard y debería
convertirse desde ya en uno de sus clásicos de referencia a la hora
de hablar de ellos. Bravo por no tirar la toalla y, especialmente,
por haber sacado lo mejor de si mismos para ello.
Albytor
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