RIVAL SONS: PREASURE & TIME


Llegan desde la soleada California con "Preasure & time", su segundo disco, diez canciones, treinta minutos de puro rock and roll y rock duro en los cuales aparte de no dejar indiferente, enseñan sus credenciales como banda con sonido personal pese a que las influencias de bandas como Led Zeppelin, The Cult, The Doors o Aerosmith son más que evidentes.

Para abrir bocado "All over the road", un rock and roll rocoso espolvoreado de notas de piano zeppeliano y voces que invocan a Jack White, por el que Jay Buchaman (vocalista de Rival Sons) siente algo más que respeto. "Young love" es mitad garaje rock y rock duro de finales de los sesenta a la Grand Funk, pero también Ian Astbury y The Who o un montón de bandas americanas de finales de los sesenta a la vez.

"Presure & time," de riff cortante y marchoso, y estribillo emborrachado hasta la cogorza de soul y rhythm and blues. Menudo temazo. Si antes hablabamos de Led Zeppelin, al sonar "Only one", es inevitable que Paul Rodgers, Free o Bad Company nos vengan a la cabeza. Un medio tiempo sobervio tocado con el alma y con una voz que precisamente se la deja (el alma) en cada nota.

Duros y garajeros nuevamente suenan con "Get mine" y "Burn down Los Angeles", dos temas sudorosos enjuagados nuevamente con la mala baba de unos Mc5 o de los primeros Mooney Suzuki. "Save me" anima aun más el cotarro con un rítmo semi frenético y festivo del que se contagia "Gipsy heart"; un tema que podría venir en el debut de Aerosmith.

Y ya que hablamos de debuts, el de Queen me viene a la mente en el momento que suena "White noise", otro temazo repleto de brillantes riffs, solos setenteros y contundencia rítmica no apta para fans exclusivos de sonidos "Lights" o excesivamente melódicos dentro del rock duro. El disco no es bueno, es muy bueno, sin rellenos, y encima parece que la banda tiene la receta para que las canciones suenen como Dios. Veremos si en directo dan para tanto. Muy notable.

Comentarios